LAS ESTRATEGIAS LUDICAS EN
EL NIVEL INICIAL
Introducción
La escuela como institución ha sido estudiada
desde diversas perspectivas. Una de ellas es la perspectiva social. En ese
sentido, tiene encomendada una serie de tareas orientadas al plano personal y
social del niño y la niña, tales como contribuir a su desarrollo personal,
físico, intelectual, afectivo y relacional. Intentando integrar a la persona en
la comunidad como un miembro activo y participativo.
Así pues, la educación tiene que ver con el
proceso de estructuración de la personalidad del niño y la niña, en tanto éstos
son seres flexibles, maleables, cambiables y con capacidad de auto
transformación. Es precisamente, a partir de la interrelación con las personas
como se actualizan los modos de ver y hacer, potenciando la capacidad de
expresión, la individualidad y las vivencias significativas, que les permite
una acción responsable consigo mismo, con las otras personas y con el mundo.
Desde esta perspectiva la educación inicial
posibilita un espacio idóneo por medio del cual, el niño y la niña exteriorizan
su riqueza espiritual, física, social y afectiva. Construyendo en forma
dinámica creadora y recreativa de su personalidad. En este sentido el docente
tiene la responsabilidad de enriquecer su práctica pedagógica en estrategias
innovadoras y creativas. De allí la importancia de propiciar la libre expresión
de los niños y niñas a través de juegos, dramatizaciones, cantos, poesías y
especialmente de actividades lúdicas.
En ese orden de ideas se ha desarrollado la
presente investigación cuyo propósito es el estudio de las actividades lúdicas
como estrategias para la educación inicial.
Revisión teórica
Educación inicial
La educación inicial como primera fase de la
Educación Bolivariana en el Ministerio de Educación y Deporte (2005), está
dirigida a la población entre 0 y 6 años o hasta que ingrese al primer grado de
Educación Básica. Tiene como centro al ser humano como ser social, capaz de
responder y participar activamente en la transformación de la sociedad en la
que vive. Se inserta en un enfoque integral globalizado que se vincula con la
Educación Básica para darle continuidad y afianzamiento a la construcción del
conocimiento, con sentido humanista y social, orientada a la formación de una
cultura ciudadana, dentro de las pautas de diversidad y participación, que
facilite el desarrollo pleno sus potencialidades, para que puedan encarar con
éxito la escolarización de la Educación Básica. En tal sentido, concibe a la
niña y al niño, como individuo de derecho, desde una perspectiva de género,
seres sociales, integrantes de una familia y de una comunidad, que poseen
características personales, sociales, culturales y lingüísticas particulares y
que aprenden en un proceso constructivo y relacional con su ambiente, la
atención integral del niño y niña en ese nivel educativo, se refiere al
cuidado, educación, protección de sus derechos, higiene, recreación,
alimentación y salud infantil; bajo la corresponsabilidad de la familia, el
Estado y la sociedad.
Bajo este enfoque, los
niños y las niñas en desarrollo, constituyen un sistema abierto que está
constantemente expuesto a las influencias de las situaciones que ocurran en su
realidad social, no sólo en su entorno inmediato (núcleo familiar), sino
también las que ocurren en otros contextos que puedan o no estar en relación
directa con ellos.
Las actividades planificadas, deben propiciar
la necesidad de la integración de familia, comunidad y escuela teniendo como
fin la transmisión de valores, la formación de una conciencia acerca del respeto,
cuidado de la vida y el medio ambiente.
La actividad física como parte de esas
actividades del infante debe ser aceptada, potenciada y valorada como una
necesidad intrínseca fundamental para su desarrollo. Wallon citado en las bases
curriculares de educación inicial en el Ministerio de Educación (2005), destacó
la importancia que tienen las acciones motoras en el desarrollo evolutivo del
niño y la niña, estableciendo que el ser humano es una “unidad funcional”,
donde hay una estrecha relación entre las funciones motrices y las funciones
psíquicas, lo que se denomina psicomotricidad.
En esta línea, la psicomotricidad se presenta
como un factor predominante para el aprendizaje social y la adaptación al
entorno, por consiguiente, el niño y la niña deben moverse para aprender y
deben aprender para moverse a causa de lo que reciben del ambiente, tanto
externa como internamente que caracterizan su propia naturaleza (Di Sante,
1996).
Una de las primeras relaciones entre cuerpo y
aprendizaje, lo constituye el encuentro tónico-emocional entre el bebé y su
mamá. Cuando el niño o niña entra a una institución educativa, la relación
cuerpo y aprendizaje se da a través de la mediación corporal que desarrolla el
docente, en el momento que reconoce su cuerpo y el cuerpo del niño como espacio
afectivo de aprendizaje. La mediación corporal se define como un conjunto de
actitudes, técnicas y estrategias corporales que se ponen al servicio del niño
y la niña, para favorecer la comunicación afectiva, el aprendizaje
significativo y la salud, se produce en el proceso educativo. Se dinamiza a
través del tono emocional adecuado, en gestos, posturas, movimientos, toque,
miradas, suspensión, la manera de cargar, el uso de la voz, el desplazamiento y
la rítmica, para ofrecer al niño y la niña contención y autonomía progresiva de
acuerdo a su nivel de desarrollo.
El perfil del niño y la niña que egresa de Educación Inicial, específicamente
del nivel preescolar es en atención a cuatro aprendizajes fundamentales:
aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser,
señalados en el Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la
Educación para el Siglo XXI (1996). Asumiendo el “aprender a ser” como síntesis
de los anteriores aprendizajes.
Estos aprendizajes son concebidos de una manera
global e integral, debido a que el conocimiento infantil se produce en un
proceso que implica componentes cognitivos, interactiva, afectiva y emocional,
así como su aplicación y comunicación en el contexto social y cultural, por lo
que no puede concebirse desarticulado.
En consecuencia, la planificación y la
evaluación educativa concebidas con características de integralidad y
continuidad, al igual que los procesos de enseñanza y las estrategias didácticas,
deben ser coherentes con los aprendizajes que se esperan al egresar del
preescolar. Éstos, considerando las pautas del desarrollo del niño o la niña en
esta edad, se señalan a continuación.
Aprender
a Conocer
- · Aprende a reconocerse a sí mismo(a) como parte diferente y, a su vez, integrante de su entorno inmediato.
- · Aprende y valora las diferencias y similitudes de género.
- · Aprende a reconocer los miembros de la familia, la comunidad y la Escuela.
- · Adquiere conocimientos a través de la interpretación de códigos lingüísticos, matemáticos, científicos y sociales.
- · Es capaz de comunicarse, expresar curiosidad intelectual, sentido crítico y autonomía de juicio.
- · Utiliza el lenguaje oral en diferentes situaciones y contextos: conversando, cantando, recitando, narrando cuentos o anécdotas.
- · Se inicia en la identificación de palabras escritas; así como en la escritura de palabras y números en textos simples en un contexto significativo.
- · Comprende acciones y situaciones de textos simples, como cuentos, poemas, adivinanzas, rimas, entre otros.
- · Interpreta el ambiente estableciendo relaciones de causa-efecto, de espacio y tiempo, la cuantificación y elementos tecnológicos relacionados con su edad y nivel de desarrollo.
Aprender
a Hacer
- · Se expresa creativamente a través de actividades artísticas: la pintura, el dibujo, el modelado, la música, la expresión corporal, representaciones de personajes y situaciones.
- · Es capaz de realizar actividades y juegos que requieren de grandes movimientos y de destrezas motoras finas con orientación hacia acciones pertinentes.
- · Utiliza los objetos, juguetes, instrumentos y materiales disponibles como un medio para su aprendizaje y modificar su entorno.
- · Realiza juegos y actividades de aprendizaje con diversos materiales con la ayuda del adulto, otros niños o niñas y por iniciativa propia.
- · Aplica procesos de pensamiento, experiencias y conocimientos en las diversas situaciones y problemas de su vida diaria.
- · Práctica hábitos relacionados con el trabajo: planifica lo que va hacer, desarrolla la actividad planificada y comenta lo que hizo.
- · Practica hábitos de alimentación, higiene, descanso, aseo personal, prevención y protección de la salud y seguridad personal.
- · Participa con otras personas en actividades y creaciones colectivas en diferentes entornos: la escuela, la familia y la comunidad.
Aprender
a Convivir
- · Se identifica como persona y se inicia en la toma de conciencia como ser social en una familia y una comunidad, de sus normas, hábitos, valores y costumbres.
- · Establece relaciones sociales a través del juego, las conversaciones y otras situaciones de la vida diaria, con otros niños y demás miembros de la familia, comunidad y escuela.
- · Demuestra interés por las otras personas y practica la solidaridad y la cooperación mutua.
- · Establece relaciones afectuosas, de confianza, de respeto y pertenencia en su familia y su comunidad.
- · Participa del trabajo en grupo y mantiene relaciones interpersonales abiertas y positivas.
- · Se muestra como un ser original y creativo, capaz de demostrar curiosidad y espontaneidad en sus acciones, tiene iniciativa y toma decisiones acordes a su edad.
- · Se reconoce como un yo dinámico que valora y disfruta de las actividades físicas, lingüísticas, musicales, sociales, estéticas.
- · Desarrolla una conciencia ecológica de amor por la naturaleza, por las personas y por su entorno particular.
- · Manifiesta sentimientos positivos hacia las personas del otro sexo, de respeto y solidaridad.
- · Comienza a conocer sus emociones, manejarlas y reconocer las de las demás personas.
Por su parte, Lanz (1998), explica que de
acuerdo a lo establecido en los diferentes aspectos deontológicos, que rigen la
Educación en Venezuela, el ciudadano que debe formarse se caracteriza por lo
siguiente:
El desarrollo de las potencialidades del
hombre, fundada en su formación humanística integral, dirigida hacia el
desarrollo de la capacidad analítica (soberanía cognitiva o pensar con cabeza
propia en términos más coloquiales) hacia una cualificación laboral politécnica
que supere la estrecha parcelación del saber y el hacer, con habilidades y
destrezas innovadoras, con actitudes y valores solidarios y cooperativos.
(p.11)
Por lo expuesto anteriormente se puede inferir
que el perfil del niño y niña que egresa de la Educación Inicial,
metafóricamente se concibe, como la semilla plantada que germinará en los
niveles educativos subsiguientes.
Estrategia pedagógica
La formación permanente de los docentes de Educación Inicial es un proceso que
demanda el dominio de los contenidos y procedimientos para enseñar, es por ello
que hay que valerse de estrategias que permitan alcanzar el interés del niño y
la niña en los contenidos a desarrollar. Para ello cabe preguntarse, ¿qué son
las estrategias? Y según Huerta (2000), las estrategias:
Son aquellas que permiten conectar una etapa
con la otra en un proceso; es la unión entre el concepto y el objeto, donde el
concepto representa el conocimiento y conjunto de ideas que el sujeto tiene del
objeto y el objeto es la configuración física de la materia viva o animada,
donde la materia viva esta representada por el hombre. (p.78)
Así mismo, Chacón (2000) la define como un
conjunto de proceso y secuencias que sirven para apoyar el desarrollo de tareas
intelectuales y manuales se derivan de los contenidos, para lograr un
propósito. Visto así, para estos autores las estrategias deben dirigirse a los
alumnos tomando en cuenta los contenidos que sean necesarios para su interés y
a su vez contar con una motivación entre el profesor y los estudiantes. Cooper
(2001) refiere que las estrategias son planes para dirigir el ambiente del
aprendizaje de tal manera que se proporcionen las oportunidades para lograrlo,
así como los objetivos. Su éxito depende de los métodos empleados, del uso de
la motivación, así como de las secuencia, pauta y formación de equipo que se
sigan. Para el autor es importante la metodología que se emplean dentro de sus
estrategias afirma, al igual que Chacón y Huerta, la necesidad que tiene la motivación
dentro del desarrollo de las estrategias.
Las estrategias pedagógicas deben estar
dirigidas, específicamente a la organización mental y a los esquemas
intelectuales de los estudiantes. Por tal razón, Carretero (1995), enfatiza
que: (a) el estudiante debe ser animado a conducir su propio aprendizaje (b) la
experiencia adquirida por este debe facilitar el aprendizaje; (c) las prácticas
del aprendizaje deben ocuparse más de los procedimientos y competencia que de
los conocimientos estrictos.
Es decir las estrategias deben planificarse
tomando en cuenta los esquemas intelectuales de los estudiantes apuntando a la
motivación del estudiante por aprender y que este ser participativo en su
proceso, que los conocimientos previos sirva de enlace para ayudar al que el
aprendizaje sea flemudo. Y por consiguientes las actividades deber estar
dirigidas alcanzar las competencias. Al respecto Castenela (1999) señalan que
un procedimiento adquiere y emplea de forma intelectual intencional para
aprender significativamente a solucionar problemas y atender demandas
académica.
En cuanto al método, Muñoz y Noriega (1996). Lo
define como “El camino, manera o modo más adecuado para alcanzar una meta” (p.
34). La metodología, según estos autores posee un valor etimológico, en cuanto
al tratado de método y al sistema propio de una ciencia particular. Para
Zaragoza citado por Muñoz y Noriega, (1996), las actitudes metodológicas se
clasifican por el grado de interacción del profesor sobre el alumno. El método
a su vez puede ser didáctico, dialéctico y heurística. Por el grado de
influencia del profesor sobre el alumno el método es impositivo, propositito y
expositivo, y por el grado de valoración del profesor sobre la enseñanza misma
el método se caracteriza como dogmático, es séptico y critico.
La caracterización metodológica depende de la
aptitud del profesor, manifiesta con respecto a la condición del estudiante en
el logro de las metas, esta aptitud pocas veces es considerada fundamental a la
hora de enfocar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
A hora bien las estrategias y actividades se
derivan del análisis, de los métodos y por el tipo de contenido sobre el cual
se ejerzan. Cada uno de los métodos genera, por lo común, uno o más
procedimientos coherentes con el método de referencia. Las estrategias
instruccionales en el área de educación física deben ser concretas y entre sus
puntos de referencia deben considerarse los siguientes aspectos: Equilibrar el
manejo de los conceptos, procedimientos y aptitudes, introducir la
globalización y la interdisciplinariedad y orientar el aprendizaje sobre el
ente corporal, pero no atendiendo al movimiento de ese cuerpo o su desarrollo
biológico solamente, si no centrar su finalidad en el humano total como ser
viviente integral.
La selección de estas estrategias considera las
técnicos mixtas, es decir, individuales y colectivas. En tal sentido, las
técnicas individuales favorecen el auto aprendizaje, la auto responsabilidad y
la autorrealización en los estudiantes. El empleo de técnicas grupales según
Muñoz y Noriega, propician la interrelación entre el profesor y el estudiante y
de estos últimos entre si, en atención al logro de las competencias, obtención
de información, construcción de conocimientos, cambios de actitudes, la
experiencia previa, atención individualizada, entre otros aspectos relevantes.
Se tiene entonces, que es de gran importancia
asumir que cada docente imprima su huella personal y profesional en el momento
de conducir la enseñanza, al igual que los estudiantes tienen una forma propia
de alcanzar su aprendizaje por lo tanto, en la escogencia de las técnicas se
debe tener presente las características de los estudiantes y del profesor la
matriz de ideas significativas del programa y la referencia temporo-espacial
del proceso.
Actividades lúdicas
Asumir el juego desde el punto de vista
didáctico, implica que este sea utilizado en muchos casos para manipular y
controlar a los niños, dentro de ambientes escolares en los cuales se aprende
jugando; violando de esta forma la esencia y las características del juego como
experiencia cultural y como experiencia ligada a la vida. Bajo este punto de
vista el juego en el espacio libre-cotidiano es muy diferente al juego dentro
de un espacio normado e institucionalizado como es la escuela.
La lúdica es una dimensión del desarrollo
humano que fomenta el desarrollo psicosocial, la adquisición de saberes, la
conformación de la personalidad, es decir encierra una gama de actividades
donde se cruza el placer, el goce, la actividad creativa y el conocimiento.
Según Jiménez (2002):
La lúdica es más bien una condición, una
predisposición del ser frente a la vida, frente a la cotidianidad. Es una forma
de estar en la vida y de relacionarse con ella en esos espacios cotidianos en
que se produce disfrute, goce, acompañado de la distensión que producen
actividades simbólicas e imaginarias con el juego. La chanza, el sentido del
humor, el arte y otra serie de actividades (sexo, baile, amor, afecto), que se
produce cuando interactuamos con otros, sin más recompensa que la gratitud que
producen dichos eventos. (p. 42)
La lúdica es una manera de vivir la
cotidianidad, es decir sentir placer y valorar lo que acontece percibiéndolo
como acto de satisfacción física, espiritual o mental. La actividad lúdica
propicia el desarrollo de las aptitudes, las relaciones y el sentido del humor
en las personas.
Para Motta (2004) la lúdica es un procedimiento
pedagógico en si mismo. La metodología lúdica existe antes de saber que el
profesor la va a propiciar. La metodología lúdica genera espacios y tiempos
lúdicos, provoca interacciones y situaciones lúdicas. (p. 23) La lúdica se
caracteriza por ser un medio que resulta en la satisfacción personal a través
del compartir con la otredad.
En opinión de Waichman (2000) es imprescindible
la modernización del sistema educativo para considerar al estudiante como un
ser integral, participativo, de manera tal que lo lúdico deje de ser exclusivo
del tiempo de ocio y se incorpore al tiempo efectivo de y para el trabajo
escolar.
Para Torres (2004) lo lúdico no se limita a la
edad, tanto en su sentido recreativo como pedagógico. Lo importante es
adaptarlo a las necesidades, intereses y propósitos del nivel educativo. En ese
sentido el docente de educación inicial debe desarrollar la actividad lúdica
como estrategias pedagógicas respondiendo satisfactoriamente a la formación
integral del niño y la niña.